FASTIGHETSBYRAN. Sinónimo de autenticidad.
FASTIGHETSBYRAN. Jan-Erik es un empresario sueco de 62 años que ha viajado hasta Barcelona con su familia para comprar un apartamento en el barrio de la Barceloneta. En su día, decidió que cuando estuviera a punto de jubilarse compraría una pequeña propiedad cerca del Mediterráneo, en alguna ciudad donde pudiera encontrar de todo, pero además algo único por lo que valiera la pena desplazarse hasta aquí. Durante la firma de la compra, Fastighetsbyran le ha acompañado al notario para asesorarle en todo momento ante toda la habitual montaña de papeleo. Ahora, salimos los dos juntos a tomar un café hasta el Paseo de Gracia. Jan-Erik, contento por la adquisición de su apartamento, toma asiento en la terraza de una cafetería dejando que el Sol del mediodía nos relaje a ambos. Desde la terraza del bar, él me señala el Paseo de Gracia con su mirada.
“Es precioso, no te lo voy a negar” me dice. “Puedes ver obras de Gaudí como la Pedrera o la casa Batlló y otras joyas del modernismo catalán, pero fíjate en las tiendas. Todas lujosas, es verdad, la ropa más elegante que te puedas imaginar, pero al final son las mismas tiendas que puedes encontrar en los Campos Elíseos de París o en cualquier calle de Milán”.
Jan-Erik toma su café largo sin azúcar y paladea el sabor amargo de su taza. Me mira y con una sonrisa en los labios sigue dándome su opinión sobre Barcelona.
“¿Sabes porque me gusta la Barceloneta? No es sólo porque mi apartamento es soleado, o porque pueda encontrarme con el mar a poco más de diez minutos de casa. Me gusta ver el mar, claro, pero me gusta la Barceloneta porque a pocos pasos de donde vivo está lleno de pequeñas tiendas en las que comprar el pan y la leche. Puedo salir a pasear y charlar con los vecinos, o ver cómo los niños juegan al fútbol en la plaza que hay cerca del mercado. En definitiva, me gusta mi nuevo barrio porque es auténtico“
Jan-Erik quizá no lo sabe, pero el piropo no va dirigido sólo a un pedazo de mi ciudad, o a uno de los barrios más encantadores de Barcelona. Jan-Erik acaba de alabar la autenticidad que distingue a Fastighetsbyran. Porque no sólo se trata de vender la realidad de nuestra ciudad a quien sabe reconocerla, sino también de ser eso, auténticos.